Ya habían pasado dos días desde que mi padre confesó que se tenía que ir por cuestiones laborales.
Dos días y yo aún seguía esperando la respuesta.Era ya sábado,¡Al fin!
No quería marcharme de ese pequeño pueblecito,ya no más mudanzas,empaquetamientos,estrés,llamadas telefónicas incesantes...ya no más.Por una vez en mi vida quería disfrutar de lo que llaman 'serenidad' y sobretodo de 'serenidad mental'.No quería mirar al pasado,no quería volver atrás a aquellas noches que se hacían interminables,con interminables pesadillas...NO.
-Está bien...-se desahogo mi padre.
-¿En serio?-pregunté impresionada.Nunca creí que llegara a dejarme sola en casa,pero si esto debería ser malo a mí me parecía bien,nada de malo porque era justamente lo que quería,quedarme allí.
-Sí,pero prométeme que si tienes algún problema,por mínimo que sea llamarás directamente a la Señora Appleton-
-Claro que sí(mentí) muchas gracias papá,me alegro de que lo hayas reconsiderado.-la verdad nunca he necesitado que nadie me protegiese y no por las preocupaciones de mi padre eso iba a cambiar. Me sé cuidar de mi misma desde tiempos inmemorables,¿por qué no iba a saber ahora?
Pasó el fin de semana,llegó el lunes.Maldito lunes.
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