Luego me eché agua en la cara y me puse frente al espejo.Empezaron a brotar lágrimas,lágrimas de impotencia y lágrimas de agobio.Ya no sabía que hacer,algo me estaba pasando en mi triste y penosa mente y el hecho de pensar que me estaba volviendo loca lo empeoraba todo mucho más.
Pero paré,yo nunca fui débil y no lo iba a ser ahora ante un problema.
Me fui a clases procurando que mis lágrima estuvieran ya secas e imperceptibles.Pero antes de que entrara a clase tocó el timbre y me apresuré a coger mis cosas y a salir de la clase.Pero no fue posible,el sr.Classius me pidió que me quedara a hablar un pequeño momento.
-Verás Abie,permíteme tutearte.Yo veo normal que seas nueva y que ahora pues no estés muy cómoda en la clase,pero debes comprender que eso no te da derecho a interrumpir la clase dos veces,porque en este último curso es esencial que prestes tu máxima atención,la universidad requiere mucho esfuerzo.Por lo cual,hoy he decido hacer como si no hubiera pasado nada debido a que te he visto un tanto pálida,pero te sugiero por tu bien que no vuelva a pasar otra vez o tendré que tomar decisiones.Ahora ya te puedes ir,que llegas tarde y que conste que todo esto te lo digo como consejo,no como amenaza.-Dijo el profesor.
+Muchas gracias sr.Classius,le juro que no volverá a pasar,hoy me encuentro un poco mal y le agradezco lo que ha hecho.Hasta luego sr.Classius.
-Hasta luego Abie.
Pasaron las demás clases y al fin llegó la hora de marcharse.
Cogí todos los libros necesarios y me fui sin mirar atrás,prestando atención a una puerta,la del instituto.
Salí,respiré el aire fresco y continué andando en dirección a mi casa.Pero por el camino noté una gelidez que ya me sonaba familiar pero seguía dándome escalofríos.Lo ví,vi un cuerpo perfecto,cubierto por ropas negras,todo negro.Una piel blanca,blanca y visiblemente suave,unos ojos grises e impactantes,sensuales,seductores,preciosos,los labios perfectos,el pelo castaño oscuro...
Era él.
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